«Hablar de cómo queremos liderar es incómodo, pero es la leche»

Esther Blazquez

Como Coach Sistémica para personas y empresas, Esther Blázquez ha dedicado los últimos años a humanizar empresas, trabajando en la Cultura Organizativa y haciendo consultoría para Recursos Humanos. Junto a La Nave Nodriza, ha puesto en marcha el Laboratorio de Nuevos Liderazgos.

Y claro, lo primero es preguntarle a Esther: por qué nuevos, y por qué en plural. 

Porque no es posible que pretendamos seguir adelante y evolucionar con la creencia de que el liderazgo es solo de una manera, y punto pelota. Se nos ha dicho que el liderazgo es “encajar en los puntos 1, 2 y 3”, y “tener las competencias A, B y C”. Y si no encajas en esa forma de liderazgo, te quedas fuera: eso es cruel.

Nosotras partimos de un deseo de inclusión: que las personas puedan liderar desde sus cualidades, sean las que sean. Ahí está el plural. Hemos entendido el “liderazgo as usual” como personas que se comen el mundo, que mueven masas. Pero hay otros modelos. Por ejemplo, un liderazgo que tiene cualidad reflexiva, de introversión, esas personas que prefieren estar al servicio y sentarse en la última fila. Esas personas pueden liderar, y queremos que el liderazgo sea accesible para ellas, y para todas las personas del planeta.

No es solo liderar en el trabajo, también en proyectos de vida, en relaciones. El liderazgo se puede aplicar en muchos ámbitos, no está circunscrito a ser el manager de un equipo. Todos tenemos que liderar algo, en algún momento. Y lo mejor es hacerlo desde el autoconocimiento. Ese cambio de mentalidad produce un cambio sistémico: la gente se hace cargo de su responsabilidad y también de su felicidad.

¿De dónde nace la idea de este laboratorio?

Nace de la necesidad y del deseo de re-escribir las narrativas del liderazgo as usual, de estar experimentando y disfrutando esa transformación, y de querer compartirlo con otras personas. Ojo, no desde el “yo sé y te enseño”, sino creando un espacio para poner cosas sobre las mesas y pensar juntos las respuestas. Por eso llamamos a esta propuesta “laboratorio”, porque vamos a explorar, indagar y descubrir cuáles son las respuestas que nos sirven.

Las formaciones tradicionales de liderazgo han tenido ese modelo unidireccional. Y nosotras nos preguntamos: ¿y si no sabemos cuál es el modelo? ¿y si ponemos cosas encima de la mesa para explorarlas juntas? Explorándolas a través de la conexión humana, vamos a poder desvelar nuestro estilo propio de liderazgo. Un estilo que puede estar en sintonía con el de otra persona, siendo totalmente distintos. Y esto es ¡aleluya!

Si esto lo trasladamos a un entorno organizativo, lo que nos encontramos es que hay empresas donde el modelo de “saberlo todo” no funciona. Queremos que las empresas se formen en ese liderazgo a través de la indagación. Necesitamos tener unas conversaciones que no estamos teniendo con las personas en los equipos, para conjugar diferentes estilos de liderazgo y trabajar juntos. Es incómodo, pero es la leche. Ahí es donde reside la diversidad.

¿Dónde lo habéis aprendido? ¿Y dónde lo habéis puesto en práctica?

Lo hemos aprendido trabajando una barbaridad. A golpe de sentirnos unas impostoras y saber que siempre hay más, hay que seguir formándote, viendo, aprendiendo. Por suerte ahora ya hemos dejado a la impostora atrás y cuando preguntamos y aprendemos es por placer.

También lo hemos aprendido viendo y sufriendo el dolor y el impacto que tiene el liderazgo as usual, el liderazgo tóxico. Y decidimos que queríamos trabajar en esto y comprometernos con nuestra propia felicidad.

Lo que estamos experimentando es que cada vez hay una apertura más grande, y un anhelo en las organizaciones de conectar desde lo humano. Se suele separar lo personal y lo profesional, pero yo digo que somos personas yendo al trabajo. Y vemos que hay una voluntad de las empresas de conectar humano con humano y vemos que cuando lo hacen, evoluciona su relación con el trabajo y con los demás. Si además lo hacen con constancia y perseverancia, es como entrenar y hacer músculo: los resultados perduran.

Como en todos los laboratorios, la cosa va de plantear hipótesis…

Así es: quienes nos van a acompañar, van a ser facilitadoras, para plantear: ¿Cuáles son los arquetipos de liderazgo y con cual me identifico? ¿Qué me impide liderar? ¿Cuáles son las creencias limitantes que tengo que me impiden liderar estas cosas? ¿Qué significa el éxito para mi? ¿Tengo asociado el éxito a la perfección? ¿Qué pasa cuando hablo de dinero? ¿Negocio con tranquilidad un sueldo o un proyecto? ¿Cómo somatizo el liderazgo? ¿Cómo caminaría si incorporara a mi postura y a mi cuerpo mi líder interior? Son preguntas que hemos explorado y que a lo largo del laboratorio exploraremos con dinámicas. Y ayudar a que cada cual, en grupo o individualmente, encuentre sus respuestas.