La Insólita, la escuela de verano donde refrescarse profesionalmente

En La Nave, el verano tiene un ritmo único. Mientras para algunos es sinónimo de vacaciones, para nosotros es un momento para sumergirnos en mundos inspiradores, para crear, para aprender. Así nace La Insólita, un espacio que aprovecha los ritmos estivales y las tardes de julio para adentrarnos en la práctica del diseño, fortalecer nuestra visión estratégica y ampliar nuestra capacidad de acción en el entorno profesional.

Ponemos el foco en los detalles

 

La Insólita no surge de la nada. Es un proyecto que lleva gestándose meses al que hemos querido dar un carácter internacional. Para dar forma al programa, hemos contado con cuatro diseñadoras que admiramos desde hace años: Elizabeth Pastor, Mariana Salgado, Sheila Pontis y Charlotte Schoeffler. En las estanterías de nuestra biblioteca, atesoramos sus libros con cariño.

Estas cuatro diseñadoras son referentes indiscutibles en sus disciplinas, y nos entusiasma traerlas a La Nave para nuestro insólito plan veraniego. Junto a ellas, hemos preparado un programa excepcional, pensado especialmente para quienes desean impulsar sus carreras adentrándose en las herramientas, métodos y prácticas del diseño estratégico y de servicios.

En La Nave, sabemos que la práctica es la clave para el perfeccionamiento, y qué mejor manera de practicar que con iguales, guiados por verdaderas maestras de la disciplina, en un ambiente de confianza y aprendizaje.

Perspectivas, miradas y prácticas extraordinarias de otras latitudes

 

Elizabeth Pastor lleva más de dos décadas transformando la complejidad en narrativas universales y herramientas inclusivas para el mundo empresarial. Desde que nos deslumbró en el Laboratorio de Cadius en 2007, hemos seguido su trayectoria entre NYC y Madrid. Su enfoque dentro del SenseMaking no solo busca comprender, sino transformar, invitando a todos a aportar y entender. En el Taller de SenseMaking, exploraremos formas de acelerar la comprensión y la convergencia, organizando ideas en un lenguaje común para todo el equipo, generando un cambio real en el diseño estratégico.

Mariana Salgado, por otro lado, reside en Helsinki. Es diseñadora de servicios públicos, investigadora y el alma detrás de Diseño y Diáspora, el podcast de diseño en español más escuchado del mundo. Sheila Pontis, desde la Northeastern University de Boston, enseña, investiga y practica el diseño convencida de que la creatividad, la imaginación y la colaboración son la base de una sociedad mejor.

Estas dos argentinas se unen por primera vez en el «Deliberate Creativity: Taller de Imaginación y Creatividad Aplicada«, una oportunidad para profundizar en el potencial creativo de cada individuo, descubrir nuevas perspectivas y abordar problemas complejos con confianza y optimismo.

Charlotte Schoeffler, con su estilo inspirado en fuentes como el cómic, el tango y el teatro, ha perfeccionado su técnica y ha convertido la facilitación en un arte. En su Taller de User Journey y Blueprint, nos guiará desde lo estratégico hasta lo táctico, poniendo el foco en cada detalle de las herramientas más potentes del Diseño de Servicios.

Un espacio para hacernos mejores preguntas

 

La Insólita es mucho más que una escuela de verano. Es un espacio dinámico para aprender y perfeccionar los procesos, metodologías y herramientas del Diseño Estratégico y de Servicios. Es un lugar donde afinar la mirada, adquirir precisión en la práctica y desarrollar la confianza necesaria para crecer profesionalmente.

En La Nave, el verano es un momento para la inspiración, el aprendizaje y el crecimiento.

¡Bienvenidos y bienvenidas a La Insólita!

“Mi papel como Behavioral Scientist es ser la voz del target del proyecto y arquitecta de comportamientos”

A Sandra González le apasiona la Psicología y ha encontrado en Behavioral Economics una forma de ayudar a empresas y a organizaciones a diseñar soluciones con un alto impacto, basándose en los aspectos psicológicos inconscientes de las personas. Hablando con ella entendemos por qué le emociona tanto su profesión y sus ganas genuinas de compartir sus conocimientos en el Taller de Behavioral Design.

Charlar contigo es un gusto porque se nota que disfrutas mucho de tu trabajo, pero dime, ¿de dónde viene tu pasión por la Psicología?

Desde pequeña, aprendí en casa que nuestras percepciones influyen en nuestras acciones, y que somos en gran medida el producto de nuestros pensamientos. Recuerdo un día, salí triste del colegio y cuando me recogió mi madre a la salida le dije que hoy me habían castigado “porque había sido mala”, y ella, abrazándome, me dijo: “Sandra, no eres mala, has hecho algo que está mal”.

Tomar consciencia del poder que tienen nuestros pensamientos, emociones o el lenguaje en la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos y con el mundo es que posiblemente me llevó a estudiar Psicología y Criminología. Fue en la carrera cuando empecé a desarrollar un fuerte interés por declinar todos estos conocimientos académicos al mundo de empresa, y pensé que Recursos Humanos era el punto de unión, por lo que realicé un máster en Recursos Humanos y esto me llevó a trabajar en el departamento de Innovación de Ferrovial.

Y, ¿cómo conociste el Behavioral Economics?

Fueron mis responsables los que con gran suerte, (la verdad es que echaba de menos ese contacto con los aspectos más profundos e inconscientes del ser humano) me introdujeron a Behavioral Economics y confiaron en mí para empujar la disciplina dentro de la compañía. Me especialicé en ella y, desde ese momento, comencé a desarrollar mi vida profesional en este camino. Es aquí, en Behavioral Economics, donde verdaderamente he tenido la oportunidad de aplicar la psicología académica al mundo de empresa de forma totalmente distinta. Aunque, más que Behavioral Economics, a mi me gusta hablar de Behavioral Science porque integro distintas ramas como la Psicología Cognitivo-Conductual, Psicología del Color, Psicología Evolutiva, Teorías con enfoques más sistémicos, etc.

Si tuvieras que describir en un enunciado en qué consiste tu trabajo, ¿qué dirías?

Mi trabajo consiste en entender cómo toman decisiones las personas y cómo podemos modificar este proceso para activar un comportamiento específico en ellas. Para ello, primero tengo que entender y conocer en profundidad al target del proyecto, a las personas sobre las que queremos hacer la intervención para, posteriormente, con este conocimiento, diseñar soluciones que los acerquen al comportamiento deseado que queremos conseguir. 

Por tanto, si tuviera que describirte mi trabajo en un enunciado te diría que mi trabajo consiste en ser “la voz del usuario”, porque mi rol es asegurarme de que este usuario está representado y presente en el proyecto, para, en un segundo momento, convertirme en “arquitecta de comportamientos”.

Y, ¿qué es para ti conocer a una persona?

Para entender cómo es el proceso de toma de decisiones de una persona y qué le lleva a hacer una cosa u otra, necesitamos conocer qué elementos cognitivos, emocionales y conductuales frenan o motivan que tome una decisión concreta y, por tanto, despliegue un comportamiento específico.

¿Qué está frenando a una persona a, por ejemplo, dejar de fumar aún sabiendo que es perjudicial para ella?, ¿qué frena a una persona que está altamente motivada para comenzar un cambio físico de adherirse a una rutina de entrenamiento?

Busco lo que motiva a una persona a actuar de una forma determinada -su comportamiento actual- y estudiar el gap entre lo que actualmente hace y lo que le gustaría hacer. Es en ese gap donde trabajo. Por eso me defino como “arquitecta de comportamientos”, porque trabajo en entender en profundidad cómo funciona una persona para modificar su arquitectura de decisión y activar nuevas acciones. 

¿Por qué es importante Behavioral Economics para el diseño? 

Citando a mi compañero Diego Rufo, “Si te dedicas al diseño, saber de Behavioral Economics -al menos nociones básicas- no es una opción”. El diseño necesita de Behavioral Economics porque, antes de comenzar a diseñar nada, tienes que conocer y entender muy bien a quién va destinada la intervención, qué necesidad tiene esa persona y cómo la está resolviendo actualmente para poder desplegar una solución creativa que se ajuste a esa persona y a su necesidad. [Entrevista completa aquí]

Me imagino también que habrá mucho de prueba y error…

Efectivamente. Todo esto se hace bajo un método científico y aquí es donde entra en juego el rol de la experimentación. Experimentar juega un papel crucial en Behavioral Economics: Lo que no se ve, no se puede medir y lo que no se puede medir no se puede controlar.

Diseño de Futuros para la Transición Ecosocial

Germán Gullón es diseñador estratégico independiente, facilitador de grupos y diseñador de itinerarios formativos bajo el sello VALBHY desde 2014. Germán es el facilitador del taller presencial Diseño de Futuros Deseables.

Visiones del futuro, breve retrospectiva

Mientras el diseño expande su área de acción y redefine el mundo postindustrial, a menudo pierde señal por el camino al enfrentarse a la gran pregunta que lo persigue: ¿Cuál es el propósito del diseño? Para mí, la respuesta siempre requiere adoptar una postura ideológica, y mi visión del diseño integra principios humanistas asociados a un posicionamiento crítico con visión sistémica y ecocéntrica, donde caben el conocimiento lento del pasado y la visión holárquica de eco e interdependencia. Esa es mi visión del diseño por un presente y por un futuro deseables.

Imaginación, utopía y acción en los futuros deseables

Las ficciones basadas en promesas tecnológicas, orientadas a paliar una cadena de eventos catastróficos, nos han llevado a asumir la distopía como la única alternativa. Al instalarse en la memoria colectiva, el capitalismo nos ha despojado de referencias que permitan imaginar una transición ecosocial justa y equilibrada, donde la solidaridad y la participación estén en sintonía con un planeta sano. Por eso urge conjugar memoria, análisis, imaginación y compromiso para inspirarnos en utopías que accionen los tiempos que nos quedan por vivir.

La utopía es esencial en las visiones de un futuro sin recursos. Sirve para analizar, para denunciar, y es un incentivo que aporta confianza en que otra forma de vivir es posible. A pesar de sus muchos detractores, todavía quedamos quienes sentimos que el optimismo siembra historias que transitan del ecocidio a la ecotopía porque, como la distopía, la utopía no deja de ser una narración. Y los mitos culturales, como el mito capitalista, se construyen a base de narraciones que nacen de la participación social y de prácticas que invitan a la acción, como es el diseño.

El diseño se sitúa lejos de cualquier postura gris y fatalista, lejos de la opción de no hacer nada en los tiempos que vivimos. El diseño se presenta como la vía más regenerativa para huir de las ideas preconcebidas, de recuperar la agencia y de emanciparnos gracias a una empatía radical. El diseño no predecirá el futuro sino que nos permitirá adelantarnos a él haciéndonos partícipes de la construcción de nuestro escenario preferible. Este es el punto de partida que integra al diseño en los escenarios de futuro.

Diseño de Futuros: desaprender, imaginar, regenerar. De VALBHY.

Diseño por un futuro deseable

El intrépido filósofo y antropólogo francés Bruno Latour decía que nunca se diseña desde cero, que siempre se parte de algo. Diseñar tendría más que ver con investigar, con copiar, adaptar, revisar o representar, no tanto con crear. El diseño se estaría gestando, estaría en marcha, y huiría de la arrogancia y de la búsqueda de certezas absolutas. No sería definitivo porque presenta espíritu crítico y capacidad de experimentación. Además, cuando nuestro propósito con el diseño no es comercial, sino discursivo, nos permite abrazar un planteamiento crítico de esencia especulativa: ya no hace falta ser productivos, sino idealistas; ya no hay simplemente que servir a los usuarios, sino que podemos provocarles con ironía, ambigüedad, anticipación y otros recursos que nos convierta en participantes y desencadenantes de la acción. No hay práctica colaborativa más optimista por un futuro deseable que el diseño.


El diseño permite crear artefactos y trasladar la investigación del tiempo presente a nuestros escenarios de futuro deseables. En el camino, el diseño nos autoriza a traer historias y narraciones de un futuro de abundancia y regeneración a este mundo actual que nos ha tocado vivir. Además, nos estimula de forma individual y colectiva para recuperar el deseo y la provocación, para definir el mundo y ver la brecha entre cómo es y cómo queremos que sea. Tenemos la oportunidad de desafiar los relatos más pesimistas, la oportunidad de rediseñarlo todo.

Podemos llevar los conocimientos y las habilidades del diseño a nuestras comunidades y territorios. Pensemos en el futuro deseable y adelantémonos en las organizaciones que necesiten investigación activa y aprendizaje experiencial. La imaginación al servicio de la estrategia del diseño nos llevará a cambiar las dinámicas porque tanto lo desconocido para el ser humano y la biosfera como todo que parece imposible aún puede ser imaginado. Esta es la puerta de entrada al taller Diseño de Futuros Deseables en el espacio de La Nave Nodriza. Se hizo esperar pero por fin estamos aquí.